Cuando cierras una puerta, se abren mil ventanas. Claro que con una venda en los ojos, imposible encontrarlas…a no ser que alguien te muestre un nuevo mundo aún desconocido por la propia experiencia. Y es mi caso.
Por ello agradezco el ímpetu y entusiasmo de esta personita, que aunque hace poco ha entrado en mi vida, ha exprimido mis miedos y ha redescubierto en mí un aspecto que parecía tener censurado: la música.
Surgido de la improvisación, me vi con un Ukelele entre mis brazos y por casualidades de la vida, se presentó una oportunidad mayor…